Viste tu otoño con un sombrero

Sí, llegó un poco tarde pero aquí lo tenemos… huele a otoño, a nubes y lluvia, a hojas secas y a reflexión… donde los sombreros tienen una presencia indudable, convirtiéndose en un accesorio elegante, con clase, y que además resulta del todo funcional.
Versátil, pasajero y con una capacidad extraordinaria de adaptarse a cualquier ocasión y estilo, como el detalle más favorecedor bajo el sol… y ¡bajo las nubes! Los hay para todos los gustos y en todos los colores, desde los seductores canotier y su estética ingenua, pasando por el favorecedor floppy y su esencia sesentera, sin olvidar el descaro clásico de los fedora.

otoño

Es el perfecto aliado de estilo, aún no somos capaces de hacerles un hueco en nuestras vidas pero está claro que es el momento de hacerlo ¿cómo? las pautas de estilo son muy sencillas:

  • Escoge el ancho de ala que mejor se adapte a la forma de tu rostro siempre sin exceder más allá del límite que marcan los hombros.
  • Evita colores demasiado llamativos para huir del temido efecto carnaval.
  • Favorece tu altura eligiendo sombreros pequeños si mides menos de 1,60 m., medianos si mides entre 1,60 m. y 1,70 m. y grandes, si por último, mides más de 1,70 m.
  • Elige un tamaño según la ocasión: los sombreros grandes son ideales para el día, los más reducidos son perfectos para los acontecimientos de noche. Y si quieres darle un toque personal, agrégale alguna piedra, broche o pluma.
  • Ten en cuenta el tono de tu piel. Si tu tez tiene un tono rosado los sombreros rosados, rojos o lacre te quedarán bien. Si eres de piel oscura lucirás bien con cualquier color.
  • Y por último, opta por un material cálido para el invierno. Los sombreros de punto de lana mantienen la cabeza caliente y aun así se ven distinguidos. Géneros como tweed, espiga y terciopelo son elecciones elegantes y cálidas.

Y a sonreír con un sombrero en tu cabeza que “El otoño es una segunda Primavera donde cada hoja es una flor” Albert Camus

 

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